La contienda electoral en Santo Domingo Este está tomando un giro inusual, donde la oposición parece optar por el silencio estratégico, dejando que las redes y los medios sean testigos de los errores mediáticos del candidato oficialista. Este enfoque ha creado una dinámica peculiar donde la sobreexposición del candidato del partido de gobierno se convierte en un espectáculo por sí misma.
Mientras el candidato oficialista comete errores que podrían poner en riesgo su propia campaña, la oposición opta por el silencio, permitiendo que las redes y los medios se conviertan en el principal vehículo para difundir su mensaje. Es una táctica interesante, aprovechando los fallos de la campaña del partido de gobierno en lugar de intervenir activamente en la arena mediática.
La falta de movimiento financiero en la campaña ha dejado un ambiente político apagado incluso durante las festividades navideñas. Parece que el dinero no ha fluido de manera significativa en esta contienda electoral, contribuyendo a una atmósfera aburrida y carente de la efervescencia típica de los periodos electorales.
A medida que nos acercamos a las elecciones, la incertidumbre y la falta de entusiasmo se hacen palpables. La campaña, más que ser un escenario de propuestas y debates, se convierte en un espectáculo de errores y omisiones, dejando a los votantes con la sensación de que estas elecciones podrían resultar más tediosas de lo esperado.
En resumen, la estrategia de la oposición de responder con silencio a la campaña errática del oficialismo agrega un elemento de suspense a unas elecciones que, hasta ahora, carecen de la vibrante participación que caracteriza a estos eventos. La falta de movimiento financiero y la ausencia de emociones políticas durante las festividades sugieren que estas elecciones podrían llegar a encontrar a la ciudadanía más aburrida que comprometida.
